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No necesito ver!!!

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DaliaBlackRose's avatar
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En la ciudad de Sacrimoore, los estudiantes de las escuelas médica-filosófica y artística-legal nunca se han llevado bien, es más ni siquiera se dirigen la palabra entre ellos. Lo curioso es que en esta ciudad todos los edificios se encuentran sobre planicies y las calles son abismos pro-fundos o canales de aguas negras que no apestan pero se asegura que es peligroso caer en ellas, para poder trasladarse hacia diferentes locaciones se utilizan puentes que comunican a todos los edificios entre sí, escaleras laberínticas, patios, salones y un sinfín de corredores sin salida impiden que ladrones o intrusos ingresen a los edificios sin permiso de los propietarios, por lo que sólo hay un camino claramente marcado con letreros e indicaciones que permite que las personas que tienen que pasar por ahí encuentren la salida y llegar a las banquetas y pasillos públicos.
Era tal la hostilidad entre ambas escuelas que nunca usaban el puente que las unía a ambas para pasar de uno a otro lado del precipicio, siempre buscaban otro camino los habitantes de sus salones.
Un día, una fuerte tormenta dañó los cimientos del hospital-cementerio que se en-contraba a un lado de la escuela médica-filosófica, por lo que todos los pacientes y trabajadores fueron trasladados a un edificio que se construyó a un lado de la escuela artística-legal del otro lado de la barranca, el único camino que se había construido para que los estudiantes pudieran ir a sus prácticas consistía en cruzar el puente y atravesar los laberinticos pasillos de la escuela artística-legal, cruzar el patio central, entrar a la dirección principal, salir por su ventana hacia el patio de pintores, entrar al corredor de los abogados  y de ahí entrar al jardín de los poetas donde en el extremo opuesto se encontraba la entrada para el jardín del nuevo hospital. Con las hostilidades los médicos se la veían negras para llegar al hospital, debido a que el reglamento les impedía entrar al hospital a menos que estuvieran vestidos de blanco y con su bata impecable, cosa que los pintores aprovechaban para divertirse lanzándoles globos con pinturas, balas de gocha, tiraban botellas "accidentalmente", o los rociaban con aerosoles cuando pasaban cerca de los salones; los abogados por su parte los ignoraban totalmente o les tiraban café encima, los poetas por su parte armaban trampas en el pastizal de los jardines o movían las macetas con rosas para que se perdieran. Aún así los médicos no se extrañaban de que les jugaran tales bromas, ya que ellos constantemente les escondían sus materiales, saboteaban los aerógrafos, tiraban las petaquillas de los abogados o les apagaban sus cigarrillos frente a ellos, fumaban frente a los poetas soplando el humo frente a su cara o se ponían a decir trabalenguas o terminologías complicadas mientras ellos recitaban sus obras en los jardines.
Con este ambiente los nuevos estudiantes de ambas escuelas eran los principales blancos en ambos bandos, sin contar de que los mayores siempre les asustaban con las historias de los problemas entre ambas escuelas, por lo que siempre entraban con miedo o cuidado en la escuela cuando tenían que ir al hospital, así que optaron por ir en grupos para sentirse más seguros y defenderse en caso de que ocurriera una confrontación.
En uno de estos grupos se encontraba Xenoin una alumna que nunca había oído las historias y cuya salud la mantuvo mucho tiempo fuera de la escuela por lo que ter-minó con un año de retraso. Esta enfermedad también le provocó una pérdida de la vista, tal que ya no distinguía los objetos aún cuando usara anteojos, ahora sólo de-pendía de sus otros sentidos. Este era su último año en la escuela médica y sólo quería despedirse de sus maestros en el hospital, así que se unió a un grupo de novatos para atravesar la escuela artística.
Apenas cruzaron el puente, el grupo apresuró el paso, por lo que Xenoin los perdió del alcance de sus manos y se desvió por un pasillo que nunca había notado, caminó palpando las paredes hasta que encontró una puerta con un letrero-"Supongo que esta es la entrada a la escuela"-pensó, y entró, al poco andar encontró unas escaleras que subían al siguiente piso, las siguió y sin despegar su mano de la pared, encontró otra puerta, entró, pero ahora había escaleras que descendían, salió y caminó siguiendo la pared hasta encontrar otra escalera, pero nada, se había perdido por completo, giró en la primera esquina con desesperación que no se dio cuenta de la escalera y cayó por ella hasta quedar inconsciente.
Cuando despertó se encontró en un pasillo diferente, había una ventana cercana a ella que permitía sentir los rayos del sol en su rostro, además en este sitio había aire acondicionado lo que lo hacía ser más frío, al palpar las paredes, se dio cuenta de que los marcos de las puertas eran diferentes y el piso era firme, lo que dio a entender que se encontraba en la planta baja, al incorporarse sintió que algo se deslizaba de su cuerpo, lo palpó y pudo identificar su bata, encima de ella estaba una chamarra de cuero, de la que emanaba un perfume varonil.
Aún extrañada, siguió palpando las paredes hasta encontrar una ventana que pudiera abrir, la abrió y escuchó como el aire pasaba a través de las hojas de unos arbustos que se encontraban frente a ella, también oía algunas voces a lo lejos, abrió los ojos pero solo pude ver manchas de colores, unas se movían, mientras otras permanecían intactas, los mantuvo abiertos por si notaba una entrada mayor de luz y mientras caminaba con cautela y palpaba las paredes, en cuanto identificó lo que creyó que era una puerta, entró por ella a lo que sus sentidos le decían que era un patio, colocó sus manos sobre el piso y notó que era de azulejos y piedras, muchos arbustos y macetas le impedían acercarse a las paredes por lo que tuvo que depender un poco de sus ya no tan confiables ojos para desplazarse en ese espacio estirando uno de sus brazos en todas direcciones para no tropezar o chocar contra alguien, con el otro brazo mantenía firmemente sujetada su bata y la chaqueta.
Seguía deambulando por lo que le pareció un enorme patio, hasta que oyó un par de voces cercanas, se aproximó a ellas con cuidado y pudo reconocer que una pertenecía a una mujer, algo mayor que ella, y la otra era de un hombre joven, o eso creía. Siguió caminando hacia ellos hasta que se callaron súbitamente, Xenoin creyó que la vieron por lo que preguntó: - Uhm, disculpe, ¿Podría guiarme hasta la dirección?, no puedo ver bien y necesito llegar al nuevo hospital y también dejar ahí esto que encontré- tendió su mano al frente para mostrar la chaqueta- ¡Por favor!
-Bien, niña, estás en el patio principal, yo soy la directora, estira tu mano para que te guíe.
La chica estiró la mano hacia la voz con tal emoción que golpeó a la directora en el pecho, avergonzada, giró para tratar de alejarse un poco cuando chocó con otra persona. Era una persona alta, pues parece que le llegaba al pecho por lo que pudo suponer con el golpe, disculpándose intentó apartarse pero el chico se lo impidió.
-¡Cuidado, si te vuelves a mover con energía golpearás de nuevo a la directora!- después soltó una carcajada, a lo que la directora respondió con una risa discreta.
Xenoin se sintió tan avergonzada, tanto que sus mejillas estaban demasiado rojas, e intentó esconder su cara en el pecho de su captor, en ese momento, a su nariz llegó un olor bastante familiar.
-E-es-esto… quiero decir… ¡Perdón! ¿¡Pero, me preguntaba si esto es tuyo!?-Se des-pegó con la fuerza que le permitían sus brazos y le tendió la chaqueta al chico. La directora borró su sonrisa y miró de hito en hito a cada uno de los jóvenes, ella estaba a punto de decir algo cuando…
-¡G-gracias! ¡Tengo que irme!- Se giró presurosa hacia donde creía que estaba la directora, tendió cuidadosamente su mano para que ella la guiara cuando sintió que alguien toma su otra mano y la tira hacia sí con suavidad.
-Si no es mucho problema ¿Podría ser yo su guía, señorita?-La chica sintió que toda su cara estaba roja y sus orejas también, por lo que no pudo decir palabra alguna.
La directora soltó un suspiro como diciendo un "qué se le va hacer" y aprobó la petición del chico.
Éste último se acomodó a un lado de Xenoin y tomándola del brazo la guió hasta la entrada del hospital. Durante el camino ella escuchó que las chicas cuchicheaban cuando pasaban junto a ellas y los chicos guardaban un respetuoso silencio. Al llegar a la reja que dividía ambos jardines, el chico se detiene, se separa un momento de la chica y en seguida le acerca a su nariz una flor.
-¡Q-qué bien huele, gr-gracias! Has sido muy amable… No sé cómo debería ag.…-Antes de que pudiera terminar sintió los labios del chico sobre los suyos, después él se fue y la dejó ahí, parada mirando hacia la nada con las mejillas enrojecidas y la flor en una mano. Después de salir de su trance, se dio cuenta de que él ya se había alejado, por lo que se puso su bata, y con ternura guardó la flor en un guante de plástico que tenía en sus bolsillos y entró al hospital.
Cuando terminó lo que tenía que hacer, pudo regresar a casa acompañada de un grupo de sus antiguas compañeras, quienes la guiaron hasta la salida.
Varios meses después, ella ingresó a la escuela Música-Letras que se encontraba unida a la de artes pero nunca más volvió a encontrarse con ese misterioso chico, guardando en su diario la flor que le obsequió ese día.
Después de mucho tiempo sin subir algo.....
Apenas dos....
uuuhhhhhhh.......
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Comments3
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Antarezx's avatar
creo que es una fantasia, jajajaja